Me dices que te vas…
Y me dejas con el alma
despeltrada.
Dejándome sin retoño
alguno en la mirada.
Y te alejas dejándome
helado, muerto.
Tatuándome el carmín de
tus labios en la piel.
Y me dejas la sombre de
tu sonrisa nacarada.
Erizándome la piel con
el toque de tu vaho.
Y el juego por ganarme
un beso queda en el olvido.
Y mi corazón te late, te
bombea por todo el cuerpo.
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