Mi lengua como flecha
Atacando el flanco izquierdo
De la cordillera palpitante
Que esconde tu reino.
Con mis brazos lanzas
De adamantino irrompibles,
Inquebrantables rasgaré
Las débiles telas que te protegen.
El aceite hirviendo manando
De mi boca deshará tus ataduras morales
Las hará cenizas, desvanecidas
En el suelo de la inmoralidad las dejare.
Todo tu cuerpo arrasaré
Todos tus pudores destruiré
Y en las puertas de tu Edén
Temblorosas lloraran, se inundarán.
Plañirás, aturdida por los embates
De mi ariete rompiendo tus puertas
Cada vez más dentro de tu patria
Cada vez más intenso el embate.
Los alaridos de dolor sucumbirán
Ante el incesante éxtasis de la batalla
Tus defensas ya han caído y la ofensiva
Quedo en el olvido.
Todo tu flanco izquierdo he vencido la
Sangre y el sudor de la batalla
Se derraman por toda tu patria.
Esa patria que nadie había conquistado
Esa patria que todos atacaron por el frente
Y murieron en el intento.
Yo debilite tu flanco izquierdo
Con flechas lascivas e incendiarias,
Con lanzas inmorales y sin pudor,
Con un ariete resistente y penetrante.
Por el flanco izquierdo llegue
Y te conquiste, conquiste toda es tu patria,
Con sus montes y llanuras,
Y con todos sus habitantes.
