De la miseria de
los inocentes
Se alimenta, de
sus penurias.
De los
necesitados se enaltece
De los desolados,
nada obtiene.
Bienaventurado aquel que cae
En su gracia, y
es feliz
Bienaventurado el
que por alabarlo
Ya no sufre.
Malaventurados
aquellos que nada son
Y nada obtienen.
Porque lo que en
este mundo
Abunda es la
miseria,
La desesperación
y la desolación.
Este es el mundo
de los bienaventurados
Su paraíso
prometido,
De ellos
necesita, porque sabe que si son felices
Lo olvidaran, por
eso los hace sufrir.
Pobres de
aquellas creaturas
Que aun no se dan
cuenta
Que ya están en
el edén,
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